Recuerdo a mi madre
agachada
vigilando persistentemente el suelo
palpando con sus pupilas la corteza del suelo
esperando.
Vierte el preparado mortífero,
burbujas de agua y detergente
sobre los montículos
se detiene.
Poco a poco
el líquido avanza sobre túneles amarillentos invisibles
obligando a la criatura a salir
movimiento letárgico.
Con la base del Magistral asienta el primer golpe
dos y tres más
contempla desde sus cuclillas el horizonte del patio
y avanza
por los túneles floreados de su mundo.