"..porque nadie crea en ello, no deja de ser verdad."

25/3/09

Angustia de saber

"Cuando tú te despiertas
sangra el despertador.
cuando tú te despiertas
son las once y cuarenta.
Amor, sábanad húmedas,
cuando tú te despiertas"






Cortázar
las horas devuelven tu nítida figura,
una sombra, tu sonrisa.
sobre la heladera que murmura,
pegué una melodía, la de tus pies
descalzos cuando se deslizan sobre
el mármol
frio de la mañana.
Los focos que iluminan mi cuarto
me inundan de unas canicas cosquillosas
bailarina sobre mis yemas.
¿ no ves que entras en mi
cotedaneidad, irrumpiste
en mi bosque salvándome de la lenatnía
del encierro?
¿No ves que ya no necesito estudiar cada palabra de un conjunto para entender
entender que
ésta sonrisa,
la mía
puede volar por el techo del aula
sin excusa alguna?
(27 de febrero o quizás recién el lunes...)

Cadáver Exquisito ("Ausencia")

letra: Toto, Giuliana
arreglos: Sofi, Nico
música: Machu (guitarra, sofi y nico voz, toto percusión, chun espectadora)

Tiemblan mis manos ante el frio de la intrasendencia

Temblor por temblor,
percibo la nada con mis ojos ciegos

No se vé,
sólo se percibe a mi alrededor

Acaricio el infinito
con mis manos insensibles.


Mi dios no está... se ha ido
Este punto en el Universo ni siquiera cree en sí mismo
Y la brisa nos envuelve
Y la brisa nos envuelve...

Por siempre y para siempre.


En la oscuridad de la noche resplandece un cigarrillo

Los colores son más brillantes
de lo normal

Mientras John Coltrane
retumba en el ambiente ensordecente

Y de repente...
todo se vuelve sepia

¡Todo de vuelve sepia!
Empiezo a sospechar
que hay cosas que no pueden olvidarse
hay abismos ligados a tu nombre
nostálgia que vuela como gaviota
que gotea hilos finos de un color olvidado.

Creo haber pasado por acá
una vez una vez una vez

suavemente desparramado está la sombra
que acecha, que esconde mi miedo

mis ganas asesinas. Mis sueños teñidos en vino

"la poesía no es un mérito humano, sino una fatalidad que se padece"

Nietzsche

Pero no fue el sufrimiento mismo su problema,
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:


¿PARA QUÉ SUFRIR?

Mis oídos

Si me atrevo a mirar y a decir...