"..porque nadie crea en ello, no deja de ser verdad."

24/12/09

memorias de una tarde gris, I

...

"Hoy, más que otros días, te siento en ese punto gris, un lejanía tan absurda e inmensa, ya no sé cómo escribir palabras que puedan atravesar ese malecón que armaste alrededor tuyo, donde las aguas del río teleológico te mojan igual; no puedo pasar más allá de tu voz, de tus ojos tristes que me hablan, no me dejás que te toque; y ya sé que no tiene que ver conmigo y tiene que ver conmigo, me siento como Talita cuando Horacio y Traveller construyen un puente a través de las ventanas, y Talita queda suspendida en medio de las tablas de madera, y abajo está la calle con su rutina gris, y ya sé que no soy ni una punta ni la otra, pero sin quererlo me encuentro en el medio de todo, suspendida, sin ser alfa ni omega, pero colgada sobre una cuerda floja, y abajo mio los cocodrilos de los rios metafísicos que me comen los talones. Y no quiero estar, y tampoco no estar, pero me fallan los brazos para abrazar esa nebulosa inmensa que te envuelve y en la cual te proteges, y me cuesta y me angustia, y llevo un cuaderno con todas las palabras que duelen, porque... no sé porqué. Pero siento que te vas yendo, despacio, cada día imperceptiblemente un poco más, te escabullís de mis días y del aroma de los tes y de la tristeza de la lluvia cuando cae, y cuando quiero escribir tu nombre en alguna ventana empañada me cuesta encontrar la manera de trazar las letras. Y es así, tan despacio que no me doy cuenta cómo pasa, no es un pedazo que va faltando, son simplemente pequeños agujeros que se van colando por las pestañas. como un pulover celeste de lana que se va destejiendo y se van enredeando; y no hay literatura que me valga para tratar de dilucidar..."

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Nietzsche

Pero no fue el sufrimiento mismo su problema,
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:


¿PARA QUÉ SUFRIR?

Mis oídos

Si me atrevo a mirar y a decir...