"..porque nadie crea en ello, no deja de ser verdad."
27/3/10
17/3/10
Borrador de una mirada morbosa
Sus ojos no reflejaban la silla que se sentaba en frente de el.
Y yo tengo los huesos lleno de voces, por las venas recorre un viento ficticio que me corrompe con cada pataleada que doy hacia un sendero (cualquiera).
Y ahí en el medio de la llanura olivácea que es mi carozo, se encuentra dormitando el alma; esa cosa era todo lo que quedaba.
cáscara hedeónda con bichos y moscas/ versos robados y rancios de masticar/ tres rostros tirados al azar.
El silencio del interior tironeaba olas que lo llevaban hasta la costa más lejana; La que separaría por siempre lo que se busca.
Se buscan cosas. Se encuentran almas.
Y en el medio de todo
Sus ojos no reflejaban la silla que me estaba conteniendo
con todo lo que era;
olas, corrompimiento, bichos, cáscaras crujientes y hedeóndas, alma pataleada,cuadro incompleto por siempre.
Sus ojos no reflejaban la silla que se sentaba en frente de el. Cosas.
Y sus ojos verdes de una hermosura maligna.
Y yo tengo los huesos lleno de voces, por las venas recorre un viento ficticio que me corrompe con cada pataleada que doy hacia un sendero (cualquiera).
Y ahí en el medio de la llanura olivácea que es mi carozo, se encuentra dormitando el alma; esa cosa era todo lo que quedaba.
cáscara hedeónda con bichos y moscas/ versos robados y rancios de masticar/ tres rostros tirados al azar.
El silencio del interior tironeaba olas que lo llevaban hasta la costa más lejana; La que separaría por siempre lo que se busca.
Se buscan cosas. Se encuentran almas.
Y en el medio de todo
Sus ojos no reflejaban la silla que me estaba conteniendo
con todo lo que era;
olas, corrompimiento, bichos, cáscaras crujientes y hedeóndas, alma pataleada,cuadro incompleto por siempre.
Sus ojos no reflejaban la silla que se sentaba en frente de el. Cosas.
Y sus ojos verdes de una hermosura maligna.
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Nietzsche
Pero no fue el sufrimiento mismo su problema,
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:
¿PARA QUÉ SUFRIR?
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:
¿PARA QUÉ SUFRIR?
Mis oídos
Si me atrevo
a mirar y a decir...