Hay una guerra desatada
pierna con pierna, en mis tripas amargas
el relleno de resina deja emitir una luz púrpura que dibuja ojeras en mi cuello cansado;
es que ya no hay a dónde huir
con este cuerpo herido y estupidizado,
pedazo de cartulina mojada y forrada con pinches, ojos de botones;
Sus mentiras han perforado sin piedad la goma eva, mi piel
me dejan tendida boca abierta sobre lajas de jugo de tomate:
lo de ustedes es falsa sangre derramada,
coágulos de memorias, comida recalentada en microondas. Me dejaron
como se dejan zapatillas gastadas
o remeras que quedan chicas y da lástima tirarlas,
un triste contacto en facebook, un invitado más para las fiestas; Siento
ser ceniza y cenicero,
y ya.
me da lo mismo; Deciden por mi estas manos traicioneras,
que cuando las buscaba solo supieron esconderse en sus abrigos de pieles sintéticas
pieles en sombras, ocultas tras velos de parafina gruesa, de candados que solo cierran (entrada y salida).
Cuando logre salir de este supermercado o shopping:
mi pasado
incandescente pero frívolo,
las quemaré en kerosén vencido, como ustedes mismas, en mis tatuajes,
y podré saltar con tranquilidad por estos esqueletos
mis amigos.
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