Hoy pinté mi garganta de azul,
una gran gota que bajaba hasta lo profundo
se ancla en el suelo, purificando.
Gota que ha dejado de ser lágrima
y hoy es claridad que deja, es
y deja ser
posibilita apertura de lo inexorable
la cosecha largamente postergada
pero después de la espera hoy disfruto a solas
en compañía con lo demás.
Y si bien las palabras ya han dejado de definir, capturar, estancar algo que debió ser libre...
hoy correrá como caballo azul cuesta abajo,
llenará de nuevo con su sonido de alba los rincones desprovistos de cariño
la palabra con su voz gutural entablará nuevos comienzos.
La comunicación deshecha hace tiempo podrá fertilizarse en nuevas voces
en nueva tierra,
en lejanías suaves.
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