El ámbar que cae en tus ojos y los llena de espíritu dorado
la pulpa que brota desde la cavidad más honda hasta llegar a formar el contorno de tu cuerpo
Savia desenvuelve las lágrimas perdidas y les da nombre
Todo esto hace tan pocos instantes, en un recuerdo que evoco
un gato naranja perdido que se crea estantes en la biblioteca de mi memoria
y se queda contemplando quietamente desde arriba las raíces que crecen por arriba y por debajo.
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