"..porque nadie crea en ello, no deja de ser verdad."
29/6/12
Los coruscantes
No soy tan complicada para la huida
sobre todo cuando el recuerdo me corroe los talones;
Y mientras me despeinas seguís esquivando los charcos
que sin embargo ya se te impregnaron en la retina de la piel
un escudo de espinas inútiles contra tantos puentes corredizos
(que dada a su anatomía arquitectística no se apoyan en un solo lado,
van bailando por el dorso de las manos
los soliplexos epítetos parpólitos corsucantes)
somos [como] estalacmitas
pero ya el desglosamiento, rellenos de palabra: ya del griego stalagmós
y remando contra la corriente del río metafísico
(cobarde, en vez de nadarlos preferirías hundirte
con una piedra)
ya la vuelta en un torbellino analístico
la tediosa paráfrasis que no produce piel de gallina
como un insecto tornasoleado con lentes opacos
tratando de ser tan poco escarabajo dorado,
tratando.
Cuando en el fondo todo es más simple
más carantrífugo y exploración cosmocorporal ("desde que el mundo es carne")
y equilibrista, como las canicas
o los aretes que adornan una mujer oreja temblante.
Pero para qué explicarte
yo que soy mitad cuernos y mitad pie en el aire
no me bastan los pastizales
que acolchen esta pena
quiero el muro firme contra la cara
o derrumbándose mientras lo camino
y ese fino polvo oxidado, que se me meta en cada surco,
y poder así dejarte huellas por la espalda sembrarte semillas de jacarandá
navegarnos juntos por este mar amarillo con serpientes marinas cien(m)piés
sin que el sueño sea la capital
sin un Abel en cada esquina
o quizás sí,
pero sin perdernos en el puerto
la neblina.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nietzsche
Pero no fue el sufrimiento mismo su problema,
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:
¿PARA QUÉ SUFRIR?
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:
¿PARA QUÉ SUFRIR?
Mis oídos
Si me atrevo
a mirar y a decir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario