"..porque nadie crea en ello, no deja de ser verdad."

24/9/12

Gente



Posaba la tapa del fibrón
como un bicho muerto
sobre la palma de la mano pequeña
examinándola pundorosamente
para vislumbrar el hueco por donde le habría salido el alma;
líquido pegajoso;
ese viscoso y hostil hábito del alma por abandonar las madrigueras
      con su baba de ameba-metífica


Del otro lado
la inútil mancha de humedad
que se esparcía sobre su rostro cuando el
desapego.
sobre el hombro la hermana de un solo ojo
que aparece titilando entre párpado y escama
llevando inevitablemente la mano a las rejas del balcón oxidado
y acercando los pies al océano con sus sirenas invocantes:
el asfalto

Y el gato peludo pardo
que observaba estos movimientos con delicada omnipresencia
decidía ceder una parte suya a los recorridos ornotológicos
con esa capacidad felínea de dividirse fácilmente entre órganos e hilachas de pensamiento;
esa decencia noble por el escape.
la ácida convicción de saber que al final del vuelo pueden volver tranquilamente
a dormir sobre el sillón, el bolso, la cama
dejando sus pelos desparramados
sus largos testigos de presencia



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Nietzsche

Pero no fue el sufrimiento mismo su problema,
sino la ausencia de respuestas
al grito de la pregunta:


¿PARA QUÉ SUFRIR?

Mis oídos

Si me atrevo a mirar y a decir...